Nota comentario: ¡Leones!
Se habló mucho en la semana sobre la vuelta de esta final. El Mineirao, históricamente, era esquivo para los equipos argentinos ya que solo dos veces pudieron ganar allí. También era un tema a saber, cómo plantaría el partido Estudiantes en una cancha tan grande. Había cierto respeto pero también mucha fe para la definición.
Y vaya si la hubo. Estudiantes consiguió un triunfazo en Brasil y le ganó por 2 a 1 al Cruzeiro. El gol de Henrique al principio de la segunda mitad no hizo temblar al “pincha” que con hombría fue para adelante y dio vuelta el resultado con goles de la Gastón Fernández y Mauro Boselli. De esta manera, obtuvo la cuarta Libertadores de su historia tras el tricampeonato de los años ’68, ’69 y ’70.
Fue un encuentro emotivo, intenso y a cancha llena. Como dirían algunos, con clima copero. Las miles de brasileros trataron de hacer sentir la presión a Verón y compañía. Pero nada de esto hizo asustar a la visita, ya que se plantó con una actitud ofensiva y jugando el partido lejos de Mariano Andújar, que jugó su último partido en Estudiantes (fue vendido al Catania italiano).
Luego de un primer tiempo parejo en el que insinuó algo más Estudiantes, se protagonizaron unos 45 minutos vibrantes entre dos equipos que no se regalaban nada como debe ser en una final. Fue así como a los 7 minutos Cruzeiro se pone en ventaja tras un remate de afuera de Henrique, que se desvió en Desábato y se metió abajo en el palo derecho del arquero.
El estadio era una caldera y los brasileros gritaban como nunca porque estaban muy cerca de viajar a Dubai. Pero una rápida reacción pincharrata enmudeció al estadio, ya que la “Gata” empataba el cotejo tras un centro desde la derecha ejecutado por Cristian Cellay.
El conjunto de Sabella iba por más y encontró la ventaja con un cabezazo del goleador del equipo, Boselli, y de esta manera dejaba a Estudiantes muy cerca de ser el nuevo campeón del continente. Los hinchas visitantes deliraban ante un Mineirao callado debido al baldazo de agua fría que provocaba la victoria del equipo argentino.
Faltaban pocos minutos y Estudiantes intentaba aguantar. Pudo haber aumentado la diferencia con un tiro libre de la “Brujita” que se fue a centímetros del arco. Cruzeiro, de manera obvia y obligada, se fue con todo al ataque y tuvo algunas chances de igualarlo como un tiro en el travesaño de Thiago Ribeiro pero no tuvo mayor suerte. Chandía daba el pitazo final y el nuevo campeón ya estaba decretado.
Este plantel demostró en tierras brasileras una muestra de coraje digna de reconocer. Se supo plantar de visitante en una final y dar vuelta un resultado adverso. Un equipo que quedará en la historia por figuras como Verón, Boselli y Andújar y por haberle dado un torneo internacional al club después de 39 años.
Lamentablemente, algunos jugadores se irán y eso provocará que el campeón se desarme. Pero eso se evaluará un poco más adelante. Sin dudas que es un momento para festejar y disfrutar algo que no se da todos los días. El león mostró sus garras. Felicitaciones, Estudiantes.
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