Luchar hasta el final
Así entendió Gimnasia como debía jugar esta definición. Jamás se dio por vencido. Ni siquiera cuando estuvo con nueve hombres en cancha tras la expulsión de Roberto Sosa. Fue un partido que reflejó como vivió el Lobo la última temporada. Es decir, sufriendo y peleando siempre. Pero lo pudo lograr para alegría de todos los triperos.
Al empezar el Apertura pasado, Gimnasia se encontraba muy complicado con el promedio y arrancando en promoción. No empezó de la mejor manera y, por lo tanto, Sanguinetti se tuvo que ir de la dirección técnica tras perder el clásico con Estudiantes. Ahí arrancó el proyecto de Madelón y el equipo comenzó, de a poco, a remontar. Se consiguieron algunos buenos resultados y se redondeó un torneo medianamente aceptable.
En este Clausura, la campaña fue irregular y el Lobo, que estuvo siempre entre zona de descenso y promoción, no pudo evitar jugar una reválida con Atlético Rafaela para defender su puesto en primera división. Como se sabe, la ida fue 3 a 0 para La Crema y el panorama se transformaba complicado para los platenses que debían ganar por tres goles en la vuelta para no tener que jugar el próximo torneo en el Nacional B. Era difícil y muchos decían que solo un milagro salvaría a Gimnasia.
Milagro o no, la hazaña se cumplió y los triperos consiguieron los tantos necesarios para seguir en la categoría. Fue heroico por cómo se dio: Con nueves hombres y los tres goles en los últimos minutos del segundo tiempo. El gran héroe fue, sin dudas, Franco Niell que estuvo a la altura (justo él) de las circunstancias y anotó dos goles.
Fue fiesta, emoción y locura en Gimnasia. Todo un desconcierto en Atlético Rafaela, que se le escapó una oportunidad inmejorable de ascender. Festeja Gimnasia como nunca por haber ganado uno de los partidos más importantes de su historia. La posible consagración de Estudiantes quedó de lado…
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