¿Qué te hicieron, River?
Voy a salir un poco de mi tradicional estilo periodístico en el que apelo a mi punto de vista con mayor objetividad posible. En este caso, también voy a brindar mis pareceres pero desde un lugar más cercano al hincha. O en el caso de periodista, desde un sector más partidista.
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La situación de River no da para más. Basta. Cansó. Lo que hacen los jugadores en la cancha es faltarle el respeto a la gente. Van a jugar a la Bombonera sin poner huevos y parecerían que no tienen sangre. Hay futbolistas que vienen fracasando rotundamente hace años y todavía no se fueron y sigue llenando sus bolsillos sin devolver nada a cambio. Un caso puntual es el de Oscar Ahumada: Su situación es insostenible. Ya no rinde como alguna vez lo hizo y comete demasiados errores. Para colmo, sus erróneas declaraciones en mayo 2008 siguen dando que hablar y son usadas por los simpatizantes contrarios para cargar a River con cánticos o mediante banderas. También está el caso especial de la hinchada de Boca, que no solo se la ingenió para inventar canciones, sino que además lo ovacionan como cuando le tocó salir de la Bombonera la semana pasada. Es decir que este jugador no es más digno de ponerse una camiseta tan importante. En junio debe ser su despedida.
Como también la de tantos otros futbolistas que el día de mañana van a tener el orgullo de decir que jugaron en el club más importante del país. Cabral, Abelairas, Barrado son tres ejemplos concretos de los hombres que deberían seguir los pasos de Ahumada. Además, salvo Ferrero, los refuerzos traídos en Enero no están dando sus frutos. El comienzo de Rojas no evoluciona sino que retrocede, Juan Manuel Díaz es intrascendente y Canales no parece ser el nueve que se merece River. Otro caso especial es el de Funes Mori. Es cierto que es un chico de 19 años, que le falta rodaje y experiencia. Pero hay cosas que son injustificables. A saber: Estando en un mano a mano, como mínimo, un delantero no tan bueno debe pegarle fuerte a la pelota y que ésta sea atajada por el arquero, pegue en el palo o se vaya afuera. Pero nunca jamás que el balón termine ¡en la manos del arquero sin que necesite dar rebote! Passarella puso una clausula en su contrato con el incentivo que si convertía diez goles en el campeonato recibiría una importante suma de dinero… En once fechas, cero goles. Por más inexperiencia que tenga, debe salir urgente del equipo.
Tampoco hay que olvidarse del que principal cáncer de esta enfermedad que padece la institución tiene nombre y apellido: Jose María Aguilar. El ex presidente dejó baches por todos lados, y de a poco la nueva dirigencia intenta acomodar las cosas. En junio será la primera prueba para el Kaiser y compañía con la misión de que el fútbol vuelva a los primeros planos con el armado de un plantel competitivo. Se dice que ya hay gestiones. Solo resta esperar.
Párrafo aparte para la hinchada, que alienta siempre a pesar de los puñales en el corazón que recibe constantemente. En los últimos años, se bancó los papelones internacionales (como la eliminación con San Lorenzo) que muchos mediocres ofrecían en el campo de juego, aparte de perder encuentros increíbles por torneos locales con equipos recién ascendidos que no son ni la sombra de la rica historia riverplatense. A pesar de todo, la gente sigue alentando de una manera emocionante.
Es cuestión de no perder la fe. El tiempo pasa y las cosas cambian. Ojalá, por el bien del famoso River, sean para bien.
P.D.: Almeyda, Gallardo y Ortega, eternamente gracias.
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