Sensaciones de un momento particular
Muchas cosas se me cruzaron por la cabeza estos días. La última semana fue un cambio de sensaciones constantes como nunca en mis 20 años de edad. Realmente jamás pensé que iba a pasar por esto debido a que crecí viendo grandes equipos de River los cuales luchaban siempre los campeonatos. Antes la amargura era quedar eliminado de una copa y no pelear el descenso. Pero tocó vivirlo y hay que afrontarlo.
Como hincha puedo decir que recibí algunas cargadas lógicas. Pero sorprendentemente no fueron tantas como pensaba. Quizás porque los que realmente saben de fútbol, más allá de la pasión, entienden que River no debe irse a la B. No sería lo mejor para el devastado fútbol argentino que uno de los más grandes clubes de su historia no pertenezca más por un tiempo a la Primera División. Obviamente que están los que se quieren reír de la desgracia ajena y por eso festejan este momento. Está perfecto, aunque demuestra la envidia que hay por la banda roja. Es razonable por parte de los hinchas de Boca, pero los simpatizantes de otras instituciones dan a entender su verdadera bronca eterna hacia el Millonario.
Pero dejando de lado lo que es la pasión, se puede ver desde un punto de vista más racional. Esta situación no deja de ser fútbol. Por una cuestión cultural en la que se acobija a una sociedad enferma en muchos aspectos, un descenso de categoría por parte de River podría ser un hecho dramático y caótico que traería consecuencias que dan miedo pensar. Aunque se entiende si se tiene en cuenta que se están destruyendo 110 años de historia.
Pero pienso calmo y con la cabeza fría y realmente no es la muerte de nadie. Repito, es fútbol. Mi gran pasión, una de las cosas que más amo y el verdadero envión que me decidió a dedicarme al periodismo deportivo. Pero insisto, es fútbol. No es la muerte de nadie y en la vida hay cosas peores. Por ejemplo, la pobreza y la inseguridad que hay en la Argentina. Hay cuestiones mucho más importante. Hay gente que sufre por otros motivos de verdadera gravedad.
No quiero que River descienda. Ojalá que no, sería una momento muy triste. Ahora que lo siento, juro que no se lo deseo a ningún amante del fútbol, sea de Boca o de otra camiseta. Pero quiero ser consciente, y saber que si eso ocurre la vida sigue y hay que mirar para adelante. Seguir luchando por los objetivos personales de cada uno. Y con respecto al fútbol, continuar alentando como siempre y hacer fuerza para que el equipo regrese de donde nunca debería irse. Mañana se sabrá.
1 comentarios:
Como hincha he vivido el descenso de mi equipo y es algo de las peores cosas que se pueden sentir, algo que te toca el alma...
25 de junio de 2011, 22:52Por cierto soy Jarni 17 de http://reyesdelbalon.blogspot.com/. Podríamos intercambiar enlaces si te interesa y si no te supone mucha molestia hacerte seguidor de mi blog, yo ya me hice del tuyo.
Saludos.
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