El peor año de la historia de River
El Millonario escribió las páginas más oscuras de su historia en este 2011. El descenso marcó la peor mancha de un club que es reconocido por mucha gente como el más grande de la Argentina.
Para Rock and Ball
Cuando empezaba la pretemporada de enero 2011, el por aquel entonces plantel de Jota Jota López estaba fuera de la Promoción y con mucho optimismo para alejar a los fantasmas rápidamente. A pesar que solo se había incorporado a Fabián Bordagaray y que el entrenador y el presidente Daniel Passarella habían echado a Ariel Ortega, el último gran ídolo, del plantel, los hinchas estaban expectantes y con mucha confianza que la malaria quedaría cajoneada como un mal recuerdo.
El inicio del Clausura fue muy bueno. De hecho, en los primeros cuatro partidos, River, que había contado con el debut de Leandro Chichizola en el arco por la lesión de Juan Pablo Carrizo, no había recibido ningún gol en su propia valla. El buen andar continuó hasta la fecha 12, cuando la Banda le ganó a Racing 1 a 0 como visitante, lo que le permitía alejarse de los promedios, y hasta ilusionarse con pelear el campeonato.
Hasta que pasó lo impensado y llegaron las duras derrotas: 0-2 vs. All Boys en el Monumental, 0-2 vs. Boca en la Bombonera. Luego de eso, River empató un partido increíble ante San Lorenzo por 1 a 1 como local (error grave de Carrizo en el tanto azulgrana) y volvió a caer en la maldita Promoción. Los de Jota Jota López debían afrontar con el alma y el corazón los últimos cuatro cotejos de la temporada 2010/11 para no tener que poner en juego su permanencia en Primera. Insólitamente, no hubo más victorias: 0-0 vs. Olimpo, 1-1 vs. Colón, 1-1 vs. Estudiantes, 1-2 vs. Lanús. El conjunto de Bahía Blanca se terminó salvando en la última jornada y River debía jugarse su historia ante Belgrano de Córdoba en una serie de ida y vuelta.
El primer choque fue el 22 de junio en Córdoba. Aquel día se marcaron hechos que todavía dan que hablar: La estúpida mano de Román, las puteadas del Tano Pasman, y las lágrimas del DT de River en el pleno encuentro. El 2 a 0 final comenzaba a hacer saborear un gusto lapidario…
Llegó el 26 de junio. Era matar o matar. O morir. Esos días previos fueron con una concentración más que cerrada y alejada de todo contexto negativo. Almeyda, Ferrari y Román, tres titulares, se lo perdían por acumulación de tarjetas. La cancha explotaba. El marco era digno de una final más que para este tipo de instancias. Comenzó el encuentro y al toque Mariano Pavone puso el 1 a 0 (1-2 global) que encendía la ilusión. Con un tanto más, River se salvaba porque tenía ventaja deportiva por ser quien jugaba en la A. En un gran primer tiempo, parecía que al Pirata cordobés se lo comían. De hecho, uno de los penales más grandes de la historia del futbol argentino fue ignorado por el árbitro Sergio Pezzotta.
Belgrano hace historia en el Monumental. |
En la segunda mitad, se esperaba como nunca el 2-0 que nunca llegaría. Lo que sí llegó, es el tanto de Farré que puso el 1-1 (1-3 global) y cerraba la serie. Nadie caía. Nadie lo entendía. ¿Era un sueño? No, era verdad. Hubo una última esperanza: Aquel penal (que no fue) que Pezzotta cobró (no era lo mismo cobrar este que el del primer tiempo porque el resultado había cambiado). Sin embargo, Pavone se hizo cargo de la definición, y… ¡Vaaaaamos! Se escuchó de los hinchas del visitante ante un Monumental desolado. Sí, Juan Carlos Olave había contenido el tiro del Tanque.
El partido no terminó. A falta de poquitos minutos, comenzaron los incidentes en las tribunas. Los jugadores de River, juntados en el centro del campo de juego, esperaban que todo se calmara para poder irse al vestuario. Obviamente, nada iba a tranquilizarse rápidamente y tuvieron que huir como podían con efectivos policiales cerca de ellos. Por otra parte, Belgrano era locura total. Los cordobeses saben bien que difícilmente en sus años de vida puedan conseguir algo más grande que lo habían conseguido: Mandar al ultra gigante River Plate a la B Nacional.
La masacre deportiva de la institución de Núñez determinó varias cosas: La renuncia de Jota Jota López, que nunca más volverá al club, el odio eterno hacia José María Aguilar (el anterior presidente que tuvo una nefasta gestión y es el principal culpable de esto), y las críticas incontables hacia Daniel Passarella, que no renunció a su cargo y tiene en mente volver rápido a Primera División.
Matías Almeyda, aquel ‘León’ del mediocampo durante los últimos dos años dentro de la cancha, se retiró para convertirse en el nuevo entrenador. Junto al plantel viajó a Mar del Plata para realizar la pretemporada invernal de julio, y hacer el mejor torneo posible para cumplir el objetivo de la temporada 2011/12. Llegaron refuerzos de calidad como Carlos Sánchez y Martín Aguirre, pero todas las miradas se las llevaron las incorporaciones estelares: Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez. Los dos serán recordados de por vida por su sentimental gesto. Ambos regresaron a River por amor a la camiseta y firmaron contratos irrisorios, económicamente hablando, para lo que fueron sus grandes trayectorias fuera del país. También arribaron el venezolano César González, Agustín Alayes, Nicolás Domingo, quien había finalizado su préstamo en Peñarol de Uruguay, y Andrés Riós, que regresó de Polonia.
Daniel Passarella presenta a Fernando Cavenaghi y al 'Chori' Domínguez. |
El debut en la B fue exitoso: 1 a 0 a Chacarita, y después siguieron los triunfos ante Independiente Rivadavia (3-1) y Desamparados de San Juan (3-1). El partido ante el Funebrero fue en el Monumental, pero después se dictaminó la sanción por los líos ante Belgrano. La Justicia le dio cinco fechas de suspensión al estadio, y los dos primeros debían jugarse sin público. Por eso, ante Desamparados no hubo gente en Huracán. Los otros cuatro cotejos como local fueron en cancha de San Lorenzo (2-2 vs. Defensa y Justicia, 2-0 vs. Gimnasia LP, 7-1 vs. Atlanta, y 1-2 vs. Aldosivi). El regreso al Antonio Vespucio Liberti no fue el esperado porque Atlético Tucumán sorprendió y ganó 2 a 0. En ambos goles, Adalberto Román tuvo responsabilidad en lo que fueron sus únicos 45 minutos en la B Nacional tras el choque de ida ante Belgrano. En el entretiempo, Almeyda entendió que debía sacarlo para evitar los insultos de toda la gente. Nunca más volvió a vestir la Banda y probablemente se vaya del club en enero.
Después de eso, llegaron dos victorias más, una derrota, y un empate. En el medio, el debut de la Copa Argentina ante el Defensores de Belgrano del Burrito Ortega. Por suerte, no hubo sorpresas y el 1 a 0 hizo avanzar a River a la siguiente fase. Unos días después, con el 1 a 0 ante Patronato con gol del uruguayo Sánchez, se terminó el año. El Millo está segundo en la tabla con 33 puntos, que es zona de ascenso directo, a tan solo dos del líder Instituto, y aún restan veinte fechas para finalizar el torneo. Se va este nefasto 2011. En el brindis del 1° de enero, el mayor deseo se cae de maduro.
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